lunes, 31 de agosto de 2009

KARDEC

Recordando al Codificador de la Doctrina Espírita, es importante que estemos alertas a nuestros deberes fundamentales.
Convenzámonos de que es necesario:
Sentir a Kardec;
Estudiar a Kardec;
Anotar a Kardec;
Meditar a Kardec;
Analizar a Kardec;
Comentar a Kardec;
Interpretar a Kardec;
Cultivar a Kardec;
Enseñar Kardec y
Divulgar a Kardec…
Que es necesario cristianizar a la Humanidad es una afirmación de la que no hay duda; sin embargo, cristianizar, en la Doctrina Espírita, es razonar con la verdad y construir para el bien de todos, para que, en nombre de Jesús, no hagamos sobre la Tierra un sistema más de fanatismo y de negación.
ESPÍRITU EMMANUEL (Psicografía de Francisco Cándido Xavier, publicada en "Reformador" de marzo-1961)

SUGERENCIA

En la vida no vale tanto lo que tenemos, ni importa tanto lo que
somos. Vale lo que realizamos con aquello que poseemos y, sobretodo,
lo que importa es lo que hacemos de nosotros. (Espíritu Emmanuel).

lunes, 24 de agosto de 2009

RESIGNACIÓN INCONVENIENTE

Existe un tipo de resignación inconveniente - la pasividad de quien se complace con la prueba.
Son muchos los que, con el pretexto de la aceptación, se acomodan en aquella situación que les proporcione placer.
Nos referimos a los que no luchan para mejorar, porque se acostumbraron a disfrutar del karma.
Son los que se quejan del peso del fardo en los hombros, pero disfrutan cargarlo, para tener algo de qué quejarse.
Son los que aprendieron a chantajear emocionalmente a otros, exhibiendo sus heridas.
Son los que, también, ante la fatalidad de la prueba, se sienten sin la obligación de realizar ningún esfuerzo de autosuperación.
Semejantes compañeros, viciando el espíritu, tardarán mucho tiempo para liberarse de lo que tuvieron gran interés en cultivar.

Texto extraído del libro Vigiad y Orad, médium Carlos A. Baccelli, espíritu Hermano José
Traducción de Sebastián Gómez

jueves, 13 de agosto de 2009

EN MEMORIA DE ALLAN KARDEC

En el verano de mi vida, sombras, tristezas y desamor me cubrían.
Y al llegar mi otoño, de la mano de un ser amado, encontré la Luz de mi Vida.
Con esperanza y disciplina aprendo e intento vibrar el alma mía.
En los momentos de flaqueza pido con humildad, ayuda a los que cerca de Dios me miran.
Gracias, Señor, por tu legado de amor en forma de doctrina, que tan valiosa resulta en nuestras almas perdidas.
¡Que dedicación tan plena!
¡Que espiritualidad tan bella!
Analizando cada palabra de la mediumnidad ajena.
Fuiste elegido para dar a conocer la esperanza que todo ser humano, quiere tener.
Con la ayuda de tus libros, que son mensajes de Luz, limpiaremos el camino de Sombras, Tristezas y Desamor.
Manolita Fernández
Trabajadora de CEYDE de Madrid y
del Grupo de Estudios Espíritas de Brunete

domingo, 9 de agosto de 2009

¡MAMÁ, ESTOY AQUÍ!


Hace algunos meses atrás la señora x había visto desencarnar a su única hija de catorce años, objeto de toda su ternura y muy digna de sus lamentos por las cualidades que prometían hacer de ella una mujer cabal. Esta joven había sucumbido a una larga y dolorosa enfermedad. La madre, inconsolable ante esta pérdida, veía que su salud se alteraba cada día y repetía sin cesar que pronto ella iría a reunirse con su hija.
Informada de la posibilidad de comunicarse con los seres del Más Allá, la señora x resolvió buscar, en una conversación con su hija, un alivio a su pena.
Una dama de su conocimiento era médium; pero al ser una y otra poco experimentadas para semejantes evocaciones, sobre todo en una circunstancia tan solemne, me pidieron para que yo asistiera a la misma. Éramos tres: la madre, la médium y yo (Allan Kardec). He aquí el resultado de esta primera sesión.
LA MADRE – En el nombre de Dios Todopoderoso, Espíritu Julie ..., mi hija querida, te ruego que vengas si Dios lo permite.
JULIE – ¡Mamá, estoy aquí!
LA MADRE – ¿Sos realmente vos, hija mía, que me responde? ¿Cómo puedo saber que sos vos?
JULIE – Lili.
(Era un sobrenombre familiar dado a la joven en su infancia; no era conocido ni por la médium ni por mí, puesto que desde varios años sólo se la llamaba por su nombre de Julie. Ante esta señal, la identidad era evidente; la madre no pudo dominar su emoción y estalló en sollozos.)
JULIE – ¡Mamá! ¿Por qué te afligís? Soy feliz, muy feliz; no sufro más y te veo siempre.
LA MADRE – Pero yo no te veo. ¿Dónde estás?
JULIE – Aquí, a tu lado, mi mano está sobre la señora ... (la médium) para hacerla escribir lo que te digo. Mirá mi escritura. (En efecto, la escritura era la de su hija.)
LA MADRE – Vos decís: mi mano; ¿Entonces tenés un cuerpo?
JULIE – No tengo más ese cuerpo que me hacía sufrir tanto; pero tengo su apariencia. ¿No estás contenta de que yo no sufra más, ya que puedo conversar con vos?
LA MADRE – Entonces, ¿si te viera, te reconocería?
JULIE – Sí, sin duda, y a menudo ya me viste en tus sueños.
LA MADRE – Realmente, te vi en mis sueños, pero creí que era un efecto de mi imaginación, un recuerdo.
JULIE – No; era yo la que siempre estaba con vos, buscando consolarte; fui yo quién te inspiré la idea de evocarme. Tengo muchas cosas para decirte. Desconfiá del señor Y; él no es sincero.
(Ese señor, conocido únicamente por la madre y nombrado tan espontáneamente, era una nueva prueba de la identidad del Espíritu que se manifestaba.)
LA MADRE – ¿Qué puede, pues, hacer contra mí el señor Y?
JULIE – No puedo decírtelo; esto me está vedado. Solamente puedo advertirte que desconfíes de él.
LA MADRE – ¿Estás entre los ángeles?
JULIE – ¡Oh, todavía no! No soy lo bastante perfecta.
LA MADRE – Sin embargo, no te conocí ningún defecto; eras buena, dulce, amorosa y benévola para con todo el mundo; ¿esto no es suficiente?
JULIE – Para vos, mamá querida, yo no tenía ningún defecto; ¡y me lo creía, porque frecuentemente me lo decías! Pero ahora veo lo que me falta para ser perfecta.
LA MADRE – ¿Cómo vas a adquirir las cualidades que te faltan?
JULIE – En nuevas existencias que serán cada vez más felices.
LA MADRE – ¿Será en la Tierra que tendrás esas nuevas existencias?
JULIE – No lo sé.
LA MADRE – Puesto que no habías hecho mal alguno durante tu vida, ¿por qué sufriste tanto?
JULIE – ¡Pruebas! ¡Pruebas! Las he soportado con paciencia por mi confianza en Dios; soy muy feliz hoy. ¡Hasta pronto, mamá querida!

En presencia de semejantes hechos, ¿quién osaría hablar de la nada después de la tumba, cuando la vida futura se nos revela – por así decirlo – tan palpable? Esta madre, minada por la tristeza, siente hoy una felicidad inefable al poder conversar con su hija; entre ellas no existe más la separación; sus almas se entrelazan y se expanden en el seno de una y de otra por el intercambio de sus pensamientos.
A pesar del velo con el cual hemos rodeado este relato, no nos hubiéramos permitido publicarlo, si no estuviésemos formalmente autorizados para ello.

Nos decía esta madre:
¡Si todos los que han visto partir de la Tierra a sus afectos, pudiesen sentir el mismo consuelo que yo!
Por nuestra parte, solamente agregaremos una palabra dirigida a los que niegan la existencia de los buenos Espíritus: les preguntaremos cómo podrían probar que esta joven, en Espíritu, era un demonio maléfico.
Evocación espiritual extractada de la Revue Spirite. Enero 1858
Allan Kardec

LA PLAYA PREGUNTA AL MAR

LA PLAYA PREGUNTA:

Desde la playa de mi universo, le pregunto al mar, ¿cuándo divisaré la barca que me enseñe a navegar?
Son muchas las que se acercan a mi arena a desembarcar, pero en ninguna consigo
distinguir la Luz que me haga progresar.
Sigo mirando el oceano y las olas engrandecidas me dicen:
“ESPERA, ESPERA que ya se acercará y con Luz propia te ayudarán a cruzar al otro lado, donde al fin, con tanta Paz, te encontrarás.”

Y CONTESTA EL MAR:

Querida playa doliente, la barca luciente al fin se acerca, dadivosa de Amor y Paz.
Es fácil reconocer lo que tanto has pedido, allí está con barqueros que te invitan a navegar por un mar lleno de esperanza, que te mostrarán como tu arena limpiar y adornar.
Para que al fin puedas progresar, y a los mundos gritar:
SOY MEJOR HOY QUE AYER.

Moraleja:
Muchas personas buscamos la Verdad y la Luz en distintas creencias, pero nos damos cuenta que no es lo que nuestro interior necesita, por consiguiente, no sabemos qué camino tomar y hacia dónde debemos ir. Un día, después de mucho deambular, llegamos a un Centro Espirita donde los hermanos espirituales nos enseñan a limpiar “unas arenas”, que es nuestro interior.Todos al final encontramos la barca que nos enseña a navegar . Tenemos que pedir esa ayuda y, sin duda, que encontraremos dónde, cómo y quién nos ayudará a progresar.
Manolita Fernández
Trabajadora de CEYDE de Madrid
y del Grupo de Estudios Espíritas de Brunete

viernes, 7 de agosto de 2009

LA GRULLA Y EL MOSQUITO

Llegando el invierno, como es habitual, las grullas junto a sus crías, decidieron emigrar a un lugar más cálido. En su vuelo, por culpa de las turbulencias, una joven y desvalida grulla se distanció de la bandada y, casi sin aliento y por falta de experiencia, fue a caer entre los matorrales cerca de un rio.
El dolor de una de sus alitas herida, le impedia buscar refugio donde descansar. Así que, sin agua, sin comida y casi sin fuerzas, miró al cielo y pidió misericordia al Creador del Viento.

De pronto oyó el chirrido de un mosquito.

-- ¿Qué haces aquí, tu sola y herida?. Preguntó el mosquito.

-- Me he perdido, ¡que pena que tu no tengas fuerzas para ayudarme!

-- No está bien que digas eso. Respondió el mosquito.

Y el mosquito, aparentemente enfadado, emprendió el vuelo.

No había pasado ni un minuto, cuando cientos de mosquitos se aproximaron, y formando una camilla depositaron a la grulla y todos juntos, emprendieron el vuelo nuevamente hacia la marisma, más cercana. Allí los mosquitos y la grulla, bebieron y comieron .

La grulla ya recuperada, dío las gracias a los mosquitos.

-- No nos des las gracias, dijo un mosquito.

Moraleja: Una vez nosotros (los humanos) tambien nos perdimos en la oscuridad de la noche y unas luciérnagas (Espíritus Superiories), nos condujeron hacia Las Marismas de Luz donde repostamos, para llegar a la inmensidad de la LUZ ETERNA.

FIN.
Con esto quise demostrar que si nos perdemos y pedimos ayuda, la recibiremos. Por ello, es muy importante la unión espiritual y material, porque todos juntos podemos ayudar al que se crea desesperado y desamparado. No debemos pensar que somos una gota de agua sola en el mar, ya que el mar se hizo de muchas gotas de agua.
07-08-2009
Manolita Fernández
Trabajadora de CEYDE de Madrid
y del Grupo de Estudios Espíritas de Brunete

domingo, 2 de agosto de 2009

PRESENTACIÓN

Hola,

me llamo Sebastián y me siento muy dichoso de poder presentaros una experiencia que cambió mi vida para siempre y para bien. Hace más de 11 años tuve la oportunidad de conocer la doctrina espírita o Espiritismo, palabra creada por Allan Kardec en 1857, que contestó a una gran parte de preguntas que venía realizándome desde hacía tiempo.

Cuando llegó a mis manos El Libro de los Espíritus, compilado y codificado por Allan Kardec, encontré un tesoro, que añadió a mi vida un apoyo contra las vicisitudes, problemas y contradicciones a las que me sentía sometido sin entender nada.
Lo primero que me atrajo fueron las dos palabras que se encuentran antes del título del libro, que son: FILOSOFÍA ESPIRITUALISTA y pensé: "esto es una nueva forma de ver la vida" y, efectivamente, así sucedió.
Se trata de un libro que contiene LOS PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA ESPÍRITA SOBRE LA INMORTALIDAD DEL ALMA, LA NATURALEZA DE LOS ESPÍRITUS Y SUS RELACIONES CON LOS HOMBRES, LAS LEYES MORALES, LA VIDA PRESENTE, LA VIDA FUTURA Y EL PORVENIR DE LA HUMANIDAD, SEGÚN LA ENSEÑANZA DADA POR LOS ESPÍRITUS SUPERIORES CON LA AYUDA DE DIFERENTES MÉDIUMS, RECOPILADOS Y ORDENADOS POR ALLAN KARDEC.
Consta, además de la Introducción y los Prolegómenos, de 1018 preguntas y sus correspondientes respuestas, tratando temas tan diversos como la metafísica, la cosmología, la psicología, los problemas propiamente espíritas del origen y naturaleza del espíritu y sus uniones con el cuerpo, así como a los de la vida después de la muerte, las leyes morales, la sociología y la ética y, al final, las consideraciones de orden teológica sobre las penas y gozos futuros y la intervención de Dios en la vida humana.

Además de eso, el señor Kardec publicó otros cuatro libros, dando lugar a lo que sería llamada la codificación espírita, entre los que se encuentran, incluyendo el mencionado anteriormente, El Libro de los Mediums, El Evangelio Según el Espiritismo, El Cielo y el Infierno (o la Justicia Divina según el Espiritismo) y La Génesis (o los Milagros y las Predicciones según el Espiritismo). Todos fueron editados entre 1857 y 1868 en Francia.

Pero he de aclarar que el Espiritismo no es ese montaje de artimañas fraudulentas que utilizan algunas personas para obtener beneficios sin escrúpulos, ya que no se utilizan sortilegios, ni rituales, ni dogmas, ni ouijas, ni talismanes, ni hay que pagar nada.
La doctrina espírita nos ayuda a entender que todo aquello que hemos recibido de gracia, ya sean dones, capacidades innatas o posibilidades de profetizar o adivinar el futuro o, incluso poder a ayudar a sanar o mejorar la salud física, emocional o espiritual de otros, no podemos ni debemos cobrarlo, ni siquiera con la voluntad, porque es algo que Dios nos ha dado para utilizar con Amor, sin pedir nada a cambio, igual que Él no nos pide nada a cambio por la vida que nos ha dado, prestándonos un cuerpo físico para nuestro mejoramiento y aprendizaje espiritual.

El Espiritismo nos enseña a esforzarnos en el bien, en el amor, en el estudio, en la fe razonada, en el mejoramiento espiritual, en el autoconocimiento, en la transformación de nuestras malas tendencias o inclinaciones, en ayudar al prójimo, en la caridad tanto material como espiritual, en nunca perder la esperanza porque la vida continua después de la muerte, en muchas más cosas que nos sacan del materialismo brutal al que nos vemos empujados por nuestras ambiciones y egoísmo.

Espero que algún día, aquellos que puedan estar leyendo estas palabras, puedan contar sus experiencias con tanta felicidad y tan seguros de haber elegido estudiar y practicar el Espiritismo.

Que Dios nos bendiga y nos de fuerzas a todos para seguir buscando en la Gran Tarta de la Verdad.

Sebastián